BonicheCabe la posibilidad de que estén pensando… ¿Una reseña de Adachi and Shimamura en pleno 2022? ¿Acaso no se da cuenta que ya pasó más de un año desde el estreno de la serie? Pues para bien o para mal, aunque me atrevería a decir que fue para bien, en esta oportunidad me tocó ver esta singular obra. Si miramos en retrospectiva, no fue una serie de la que se conversara mucho en su momento y; aunque me duela admitirlo, al ver tan poca conversación no logró llamar mi atención.
Sin embargo, aproveché el pequeño lapso de tiempo que ofrecen las vacaciones de fin y principio de año para ver nuevas series, algunas, por ejemplo, que habían captado mi atención desde un inicio pero que no había tenido la oportunidad de disfrutarlas, como es el caso de Vivy -Fluorite Eye’s Song-, u otras que no fueron tan llamativas en su momento, pero que cuanto menos me pareció interesante darle oportunidad a nuevas historias; como Adachi and Shimamura de la cual hablaremos en esta reseña.
¿Qué es Adachi and Shimamura?
Para los que no lo sepan, la historia narra la vida cotidiana de Adachi (cabello azul) y Shimamura (cabello rubio) y se enfoca en cómo su relación se va desarrollando al pasar del tiempo y las vivencias. Se escuchaba como una historia clásica, con un poco de yuri, que tendrá sus momentos de drama, uno que otro espacio bonito y poco más aparte de eso. Pero, para mi sorpresa, me encontré con una serie con un ritmo particularmente calmado, que no tiene prisa en contar lo que quiere contar y que ahonda de manera precisa sobre los sentimientos así como la manera de ver las relaciones de cada una de las protagonistas.
Como mencioné, la historia tiene un desarrollo especialmente lento y delicado, cada acción cuenta y tiene su propio peso dentro de la obra. Donde toman mucha importancia esos pequeños detalles y momentos especiales que hacen saltar a la luz los deseos más profundos de las protagonistas.
Adachi – La crisis de la inseguridad
Adachi se nos presenta como una chica solitaria, que en realidad nunca ha sido buena para entablar conversaciones y prefiere evitar cualquier ámbito social en el que se pueda sentir expuesta. Motivo por el que decide alejarse del ruidoso ambiente de sus clases y se pone en marcha al segundo piso del gimnasio del instituto. Un lugar alejado de las multitudes, de pensamientos ajenos, y de ojos curiosos… es una zona secreta donde puede sentirse segura consigo misma. Aunque para su sorpresa, ese será el escenario donde experimentará un punto de inflexión en su modo de ver la vida, donde conocerá a Shimamura.
Con el pasar del tiempo, empiezan a pasar los días juntas en ese solitario pero cautivador lugar, que se convierte rápidamente en un punto de encuentro para ambas. Por un tiempo todo va de maravilla; sin embargo, en esta circunstancia se presenta uno de los temas de fondo de la serie. Uno de los mayores obstáculos a vencer que tiene Adachi es superar su falta de confianza en ella misma.
A pesar de que es cada vez más cercana a Shimamura ella es incapaz de verlo así o mejor dicho, no es consciente de eso. Tiene un creciente sentimiento de inseguridad que le hace creer que las demás personas son más importantes para Shimamura, que ella no es especial y que es solo una amiga más. Por eso, cuando se presentan el resto de amigas de Shimamura en el gimnasio, Adachi se muestra distante, siente que han invadido su lugar especial… por lo que en algunos momentos prefiere irse para no estar “incomodando” a las demás.
Puede que llegues a la conclusión; “bueno igual y es un poco exagerada la Adachi esta” y si tal vez no logras comprender su manera de actuar, muy probablemente no te has sentido de esa manera, de ese incesante sentimiento de inferioridad e inseguridad. Por eso, desde mi perspectiva, la manera de actuar de Adachi, es una representación muy acertada de las personas que tenemos este problema. No es algo fácil de superar. Por eso, aunque Adachi sea la que más comparta tiempo con Shimamura ella simplemente no es capaz de apreciar lo importante que es para ella. Hasta que Hino (una de las amigas de Shimamura) se lo comenta. Las personas con inseguridades sociales tienden a menospreciarse y pensar que los demás son más valiosos.
Shimamura – El vacío de la soledad
Aunque gran parte de la obra se centra en las inseguridades de Adachi, no hay que dejar de lado a Shimamura. En un principio se nos presenta como una estudiante promedio, con una vida promedio. Nos la muestran así, pero dentro de ella existe un sentimiento que la molesta. En realidad, ella es la primera en estar en el segundo piso del gimnasio, se le aprecia serena y llena de una gran solitud. Aunque se encontraba en ese lugar tan vacío y silencioso, y aunque parezca contradictorio, a ella no le gusta la soledad. De hecho ella misma lo comenta: “La soledad es una de las peores enfermedades”. Como muchos de ustedes sabrán, los humanos somos seres sociales, vivimos en una sociedad y dependemos en muchos ámbitos de esta misma.
Shimamura es consciente de eso, y sabe que para lograr ser alguien importante en la vida tendrá que adaptarse a formar parte de este sistema. Está condenada a vivir rodeada de personas siendo incapaz de sentir, esa es su triste realidad. Sin embargo, la llegada de Adachi, plantea inconscientemente una nueva perspectiva del sentido de las relaciones para Shimamura.
Romántico, cotidiano, absurdo y natural
Tomando como base lo anterior, la historia se va desarrollando poco a poco, a un ritmo lento pero constante; con tintes románticos y especialmente tiernos, con intercambios de afecto, y en esencia, muy auténticos por parte de las protagonistas. Porque a fin de cuentas, no debemos olvidarnos que estamos ante un romance adolescente, que en ocasiones se siente nostálgico y traen a la superficie recuerdos de las “primeras veces” que vivimos en el instituto. Claro, sin dejar de lado el enfoque sobre la importancia de sentirse especial al encontrar a alguien con afinidades parecidas a las nuestras.
La obra es como llegar al fondo del mar, asfixiarte poco a poco en las profundidades, y cuando ya no puedes más, llegar rápidamente arriba, tomar una bocanada de aire y volver a empezar. Pero no se confundan, el planteamiento de Hitoma Iruma no es repetitivo… ¿Alguna vez han escuchado esa frase “la práctica hace al maestro”? Pues, aquí se puede aplicar de cierta manera, con cada bocanada de aire descubrimos nuevas facetas de los personajes. El viaje nos muestra su desarrollo así como lo que creían que era la norma inquebrantable y absoluta de la vida se va torciendo hasta que adquieren nuevas perspectivas de las relaciones.
Adachi and Shimamura, es esencia, relaciones, vínculos, inseguridades, el miedo constante de no saber qué depara el futuro. Si no tienes problemas con ver historias con una narrativa que goza de tomarse su tiempo en profundizar en cada uno de sus personajes, entonces, infinitamente te recomiendo que le des una oportunidad.
