Definitivamente, la pequeña pantalla de un avión no es el lugar para experimentar una película. El asiento un tanto estrecho, el cansancio y, naturalmente, las limitaciones propias de esta circunstancia hacen que ver una película sea más una forma de pasar el tiempo que de comprometerse con una historia. Por eso es que, en un viaje reciente, elegí ver algo que, de alguna manera, conocía de antemano: Kaguya-sama: Love is War.
Conozco esta historia por la serie de anime que Crunchyroll transmitió el año pasado. Los estudiantes de élite, Kaguya Shinomiya y Miyuki Shirogane están enamorados uno del otro. Sin embargo, lo que podría ser un tierno romance juvenil se ve complicado por una perspectiva del amor que ambos comparten y a la que no planean ceder: que se trata de un delicado balance de poder en la que es preciso llevar la ventaja.
Vale decir que fue esta comedia romántica fue una de mis favoritas del momento. Semana a semana me hacía reír con los intrincados planes de sus protagonistas por hacer que el otro se confesara primero y la manera en la que todo se rendía ante el caos de la realidad. Así que, cuando se anunció la realización de esta historia en formato live-action, me interesó saber qué forma adoptaría. Y supongo que no fui el único, en su momento, Kaguya-sama: Love is War se estrenó en el primer lugar de la taquilla.
Actuaciones sobresalientes
En sus primeras escenas, la película dedica tiempo a explicarnos la situación y presentar a los personajes. Además de Kaguya y Miyuki (interpretados por Kanna Hashimoto y Sho Hirano), el elenco se completa con Nana Asakawa como Chika y Hayato Sano como Ishigami. Mayu Hotta participa como la leal sirviente de Kaguya, Ai Hayasaka. A partir de ahí, de una manera semejante a como lo hizo el anime, la película nos presenta pequeños episodios en los que Miyuki y Kaguya intentan hacer que el otro se confiese, sin éxito.
En el terreno de las actuaciones. tanto Hashimoto como Hirano se apropian de sus papeles y exageran sus reacciones al máximo, intentando replicar así la estética del anime (y seguramente del manga). El resultado sin duda es comiquísimo, pero también hace muy difícil que se perciba la química romántica que supuestamente debería haber entre ambos. Simplemente no se les puede creer que estén enamorados más que de sí mismos y esa es, quizá, una crítica inconsciente de los fundamentos de esta historia.
Por su parte, el personaje de Chika, que era fundamental en el anime, queda un poco de lado en esta versión, pero Nana Asakawa hace todo lo posible por sacar el mayor provecho a sus apariciones. Lo mismo puede decirse de Mayu Hotta, que actúa estupendamente su rol.
Problemas en su narrativa
Por definición, tanto el anime como el manga de Kaguya-sama: Love is War pueden dividirse en episodios autocontenidos y funcionar muy bien, pero para la película este formato es su principal desventaja, Carece de un argumento propio que funja como hilo conductor de lo que pasa y ni siquiera la escena de los fuegos artificiales, que es su mejor momento, logra crear gran impacto.
En resumen, al igual que el anime, quizá esta película habría funcionado mejor como serie. Los episodios que contiene se presentan de manera apresurada e inconexa y aunque las actuaciones del elenco son bastante adecuadas para el tono de la historia, no consiguen compensar la falta de consistencia.
Por fortuna, el anime ya pronto estrena su segunda temporada.
Calificaciones
General: ☆ ☆ ☆
Actuaciones: ☆ ☆ ☆ ☆
Historia: ☆ ☆
Música: ☆ ☆