Solemos creer que los humanos somos perfectos, pero no. Cada error es una experiencia que merece ser contada. La historia de Dan Da Dan comienza por un simple error de ambos protagonistas que es el deseo de tener la razón. La mayoría de nosotros somos así, imprudentes como si nos estuvieran pisando la cola, pero esta bien, porque somos capaces de aprender de nuestros errores.
Esas vivencias siempre van a traer consecuencias que debemos de afrontar y arreglar por nuestro bienestar, pero nosotros mismos juzgamos y criticamos a los demás como si fuéramos perfectos. Sin embargo, ninguno de nosotros se hace la pregunta de millón. ¿Quiénes somos para decir nuestras criticas hacia los demás?
La respuesta es simple. No somos nadie para juzgar a los demás debido a nuestra imperfección que tenemos como humanos por cada error que nosotros cometemos. Ninguno de nosotros no hemos hecho daño a los demás por las decisiones que tomamos.
¿Cuanto daño hemos causado por la imprudencia que tenemos como personas? Dan Da Dan también nos da la oportunidad de reflexionar sobre ese tema, ya que los protagonistas se confían en que sus acciones no tendrían consecuencias, pero era todo lo contrario, ya que se estaba metiendo en la cuerva del plátano y así surge la historia.
Es fácil criticar sin ponerse en los zapatos de los demás. Nadie es perfecto. Debemos de aceptar los errores que se han cometido para seguir adelante con nuestra aventura. Muchas veces, hay que aprender a recordar que nosotros no somos perfectos, porque venimos a aprender a ser perfectos y nuestro camino nos impulsa a elegir las mejores decisiones para nosotros.
¿Todo o nada? ¿Bien o mal? ¿Aliens o fantasmas? Cada quien puede elegir lo que desee, pero tan solo hazlo, porque nadie es tú. Un ser imperfecto que está condenado a ser perfecto, porque eres irresplazable y único. Eso lo demuestran al inicio de Dan Da Dan.
Es importante decir que los tres primeros capítulos de Dan da Dan se encuentran en Cinepolis.