ArelyHace unas semanas, tuvimos la oportunidad ver el final de Frieren: Beyond Journey’s End, por lo que tomaré una idea de un personaje dentro de su capítulo final para hacer un artículo.
En uno de los recuerdos de Frieren, Himmel le decía la siguiente frase: “Las despedidas con lágrimas no van con nosotros.” Ahí mismo, me pregunte: ¿las despedidas son malas? La respuesta no es que sean malas, sino que cada despedida que nosotros realizamos con lleva un trasfondo de múltiples experiencias con una persona o más.
Ahí surge la sensación de la nostalgia. Algunas personas lloran por la nostalgia, ya que los recuerdos inundan a través de sus mentes, mientras que otras muestran una cálida sonrisa.
Sí las despedidas fueran malas, todos estaríamos en depresión. De una manera o otra, las personas estamos dispuestas a despedirnos de forma temporal o permanente. Nosotros no nos damos cuenta del cambio que se produce a través de la acción, en donde sientes la falta de la persona que compartías tus experiencias con dicha persona.
Es verdad, el apego emocional hacia las personas que pueden provocar situaciones muy complicadas, un ejemplo de ello es la dependencia de los demás. Para nuestra desgracia, siempre habrá un momento en que todos debemos despedirnos con el propósito de poder avanzar en nuestra vida. Una despedida es un acto de aceptación profundo para asimilar la pérdida de una persona o una cosa.
Se debe reconocer que las personas tenemos una variedad de rituales con respecto a las despedidas. Entre estos rituales se encuentran las despedidas de solteras, funerales, el baile de las quinceañeras, etc. Esas costumbres nos ayudan a asimilar las transiciones de la vida que se desarrollan por medio de las despedidas.
Decir adiós no es malo, pero puede ser difícil de procesar y depende de la persona que vive ese momento. En esos momentos, podemos decir un hasta luego, nos vemos o un sencillo adiós para cerrar la puerta de esa etapa.
